¿Cómo hablar del duelo sin relacionarlo con el dolor, con la tristeza, con el sentimiento de un vacío en nuestro interior por la pérdida de algo o alguien?
Resulta oportuno definir el duelo como una reacción normal ante la pérdida de alguien o “algo”, es una reacción en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe; sin embargo hemos visto que a través del tiempo a esta experiencia dolorosa, no se le ha dado la importancia que requiere y por el contrario se nos ha enseñado y establecido como tradición, que la aflicción es una reacción natural que cada cual debe asumir como mejor pueda.
Sin lugar a dudas el duelo ha estado ligado desde siempre a la muerte, para muchas personas ese sentimiento de impotencia y dolor profundo, solo se da cuando muere una persona que amamos, sin importar el vínculo afectivo que se tenga; sin embargo, debemos tener en cuenta que el duelo se da en una infinidad de situaciones, que para muchos pueden llegar a ser mínimas y sin sentido. Muchos no lograrían entender que un niño enfrenta un duelo cuando muere su mascota o desaparece su juguete favorito, quizá no le den la importancia necesaria a dicho suceso, siendo lógico que no logran dimensionar lo que ese niño puede estar sintiendo; en efecto, el duelo es un proceso largo, lento y doloroso, cuya magnitud depende en gran parte de la dimensión de lo perdido, de la personalidad de cada quien y de la capacidad que se tenga para manejar dichas situaciones.
Es evidente, entonces, que el duelo constituye no solo la muerte de quien se ama, sino también la pérdida de objetos que se aprecian; no obstante, existe un tipo de pérdida que es más común de lo que se piensa, esta es la ruptura amorosa, que es quizá una de las situaciones que más nos provocan ese sentimiento que agobia y que no nos permite ver con positivismo hacia el futuro. Dicha pérdida se manifiesta entre otras formas, en llanto, ira y depresión, debido al fuerte impacto emocional que esto constituye, cambiar de un momento a otro la cotidianidad de nuestros días, los cuales están estrechamente ligados a esa persona, es verdaderamente difícil de superar; muchos coincidiríamos en definir ese sentimiento como una desesperación al sentirnos impotentes por no poder estar nuevamente con esa persona. El duelo en una situación así, es realmente complicado, se necesita de mucha conciencia y madurez para darnos cuenta que la vida nos ofrece con esta pérdida, la oportunidad de conocer a alguien más, de enamorarnos nuevamente y de construir un futuro en compañía de otra persona, lo ideal sería que ese sufrimiento fuera transformado para así sacar cosas positivas y seguir adelante.
Cabe agregar que en el duelo, el dolor producido es total, ya que incluye un dolor biológico, psicológico, social, familiar y espiritual, es un proceso difícil de llevar, es un estado en el cual debemos aferrarnos a la vida y tomar de ella, todo lo positivo para salir de dicha situación, es en ese momento donde la familia y los amigos juegan un papel importante en la vida del afectado. En el caso de la pérdida de un ser querido, la situación puede llegar a ser insoportable, ya que muchas personas aún no asimilan la muerte como parte del proceso normal de los seres vivos, nunca nos preparamos para la ausencia física definitiva de quienes amamos.
Las reacciones a la pérdida de un ser querido varían entre las personas según la edad y las circunstancias que conllevaron al suceso, así mismo el apego, la intensidad y calidad de la relación con la persona fallecida; este duelo suele producir un estrés desmesurado y un agotamiento físico y emocional intensos que hacen más difícil la recuperación de la tranquilidad interior.
En conclusión, el duelo abarca distintas situaciones, lo importante en cada una de ellas, es contar con el apoyo de quienes nos rodean, es primordial que enfrentemos los sentimientos de desesperanza, que nos adaptemos emocional e intelectualmente a la pérdida, para así sobreponernos y recuperar el control sobre nuestras vidas.
Ps. Diana Isabel Padilla
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Carlos Martínez (viernes, 10 septiembre 2010 02:47)
hola Diana, sabes me gusto muchos estas palabras que dedicas al duelo, a la partida de un ser o un algo al que estabamoa acostumbrado, que queriamos o que amamos, cualquier perdida es dolorosa sea cual sea, lo importante es saber el como afrontarla y llevarla a un buen termino y tambien es este proceso es importante tener el apoyo de las personas que te rodean, que te aman, pero tambien se debe aprender que uno solo debe salir de ese duelo, de esa perdida, de eso que ya no está y seguimos queriendo que no se vaya y empezar a ver la perdida de algo, la muerte de un ser que amamos, como algo que desafortunadamente tiene que pasar, la vida ni las cosas las tenemos compradas, pero bueno me encantaron tus palabras. sigue asi Diana vas muy bien. saludos
gina paola suarez (viernes, 10 septiembre 2010 11:06)
en muchos momentos de la vida uno cree que las cosas malas como es la partida de las personas que amamos nunca nos pasara a nosotros, siempre creemos que esas cosas le ocurren a los demas, desafortunadamente no estamos exentos a que eso nos ocurra, yo paso en este momento por una situacion muy dificil, perdi a mi padre, pero considero asi como dices en este escrito que la muerte constituye un todo, en este momento me duele el alma, me duele el cuerpo, me duele ver a mi familia sufriendo, pero se que es normal que nos sintamos asi, lo importante es saber manejar ese dolor, canalizarlo y volverlo positivo, asi debe ser el duelo.
Horác (miércoles, 11 julio 2012 07:28)
Great info, thx