Una vez superado el complejo momento del divorcio, si hay niños de por medio habrá que determinar con la ex pareja la distribución de los tiempos y comprometerse a cumplir esas pautas para evitar imprevistos.
·“Mantener una buena relación con la ex pareja es fundamental no solamente para beneficio de los hijos sino para que se cumplan los acuerdos de la mejor manera posible”.
·Es necesario negociar en buenos términos. “Cuando uno de los dos no puede cumplir con un compromiso ya adquirido hay que poder hablarlo con el tiempo prudencial debido para que
el otro miembro de la pareja pueda asumir la responsabilidad sin dejar al niño al descubierto. Lo más importante más allá de las tareas que cada padre debe llevar a cabo, es preservar a los
hijos”.
·Los adultos tienen que saber que más allá de las disputas que hayan existido entre ellos, los niños no tienen que verse involucrados. “No hablar mal del otro progenitor y si no
puede cumplir con alguna obligación o algún pedido que se le haya prometido al pequeño, lo mejor es no dejarlo al descubierto a pesar del enfado que pueda generar el
imprevisto”.
·Es importante definir las prioridades. “Si se tiene una nueva pareja, hay que dejar en claro los compromisos ya adquiridos y los acuerdos que se tienen con el padre o madre del
hijo en común.
Es mejor dejar en claro el rol de cada uno al comienzo de una nueva relación para que luego no exista ningún tipo de confusión.
·Respetar los horarios.“Si se establecen horas fijas para que el niño regrese al hogar materno o paterno, hay que ser lo suficientemente responsable para no
retrasarse.
Siempre es conveniente que el niño vea que los padres se respetan y se llevan bien. Si comienzan a saltarse los detalles básicos que se dictaminan no solamente entre la pareja sino que lo hace un
juez, todo será mucho más complejo y difícil el funcionamiento de la vida cotidiana de todos”.
El éxito de la situación se basa sencillamente en el respeto entre adultos y el de hacer prevalecer ante todo el bienestar de los menores.
“Si los niños ven que sus padres se llevan bien, les será mucho más fácil asumir la nueva etapa por la que atraviesan”.
Lidia Carmona Vilaró
Psicóloga